Abu Hurairah (radiallahu 'anhu) narró, en un extenso hadith, que Rasulullah (sallallahu 'alaihi wasallam) dijo: "Juro por el Ser en cuya posesión está la vida de Muhammad, que el olor de la boca de un ayunante es más dulce para Allah Ta'ala que la fragancia del almizcle". (Bujari).
Abu Huraira (radiallahu 'anhu) narra que Rasulullah (sallallahu 'alaihi wasallam) dijo: "A mi Ummah le fueron concedidas cinco cosas que no fueron dadas a nadie excepto a ella en Ramadán. Para ella, el olor de la boca de un ayunante es más dulce para Allah que el fragante aroma del almizcle. En su favor los peces en el mar piden perdón para el ayunante hasta que rompe su ayuno. Allah prepara y decora un jardín especial en el Yánnah y luego dice: «Se acerca el tiempo en que Mis siervos fieles serán apartados de las grandes dificultades del mundo y vengan al Paraíso». En este mes el pérfido Shaitán es encadenado, para que se mantengan alejados los males que habitualmente se acercan durante los otros meses del año. En la última noche de Ramadán ellos (los ayunantes) son perdonados". Entonces los sahabah (radiallahu 'anhum) dijeron: "Oh Mensajero de Allah, ¿es aquélla última noche, Láilatul Qadr?". Rasulullah (sallallahu 'alaihi wasallam) replicó, "No, pero es la noche en que un siervo debe recibir su recompensa por haber completado su servicio". (Ahmad, Al Bazzar, Al Baihagí).
Extraído del Libro: Joyas de Ramadán
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